Auditoria energética

Una auditoria energética tiene sentido en todos aquellos lugares donde exista un alto consumo energético y donde exista un gran potencial de ahorro, tanto energético como económico.

Por lo tanto, existen multitud de escenarios donde se puede realizar una auditoria energética, pero nos podemos centrar en dos grandes grupos, por una parte, en edificios públicos como colegios, ayuntamientos, centros de salud u hospitales; y por otro, en la realización de auditorías energéticas de diferentes procesos industriales.

En cualquier caso, existen una serie de puntos comunes a analizar cuando se realiza una auditoria energética como son los consumos energéticos, análisis de las instalaciones de red eléctrica, de iluminación, climatización, estudio de la envolvente de la edificación, de los equipos de consumo.

Las auditorias energéticas comienzan con la recopilación de la información del edificio y el desarrollo de mediciones in situ, seguidamente se realiza un prediagnóstico del mismo analizando los diferentes consumos energéticos a través de las facturas de los últimos meses. Con los datos obtenidos, se realiza un estudio que permite conocer la eficiencia de las instalaciones consumidoras de energía.

El fin de la auditoría energética, además de obtener el certificado energético del inmueble es obtener un ahorro energético en el proceso, por lo tanto, es parte fundamental del proceso enumerar una serie de medidas de mejora que se considere interesantes aplicar y que sean viables técnicamente, pero además, buscamos que el ahorro se produzca también en el ámbito económico, por lo que se valorará el coste de aplicación de estas medias, el ahorro que se va a producir en las facturas, y por tanto, el periodo de retorno de la inversión efectuada, de esta manera, el cliente poseerá los datos necesarios para analizar la viabilidad de la implantación de las medidas.

Auditoría Energética Alzira